sábado, 23 de agosto de 2008

Historia incompleta #6 Conversación

De repente, la voz se situó en una boca que me escupió saliva diciendo: ¡Esta vez será diferente!

Nunca olvidaré la expresión de su cara, en aquel momento...

... Era un cruce entre lo odioso y lo certero. Además, su aliento chocaba con mi careto, de forma implacable, haciendo que su expresión aun fuera más inolvidable. Y es que rezumaba un olor inhumano, podrido y asqueroso, supongo debido a varios molares picados y a unas amígdalas inflamadas, rellenas de unas placas blancas. Intenté huir de aquel olor, pero ya me inundaba todo el cerebro.

PLAS!" "¡Mírame Kevin!" Me regalo varias hostia más y siguió exigiéndome que le mirara. Yo me encontraba aun un poco aturdido, no sé si por las pruebas que realizaron en mí, pero tuve la sensación de marearme varias veces, y mi cabeza se movía alrededor de mi cuello, peligrosamente y sin control.

Joder, Kevin! ¡Despierta! -y dos hostias más.

Intenté enfocar la vista lo más lejos posible, mirando hacia lo que tenía de espaldas aquel tipo de las hostias, y comencé a ser dueño de mis actos. Entonces fue cuando le reconocí del todo.

-¡Tú! ¡Maldita sea! Creí que estabas muerto... -dije.

Ja, ja! Hacen falta más de "un Kevin" para matarme -ironizó, alejando su rostro del mío.

-Pero no lo comprendo... ¿por qué aun sigo con vida?

-¡Buena cuestión amigo mío! Al parecer, aun le eres útil a "los poderosos"

-Es decir... no sabes nada.

-Es evidente que no les gusta correr la voz de sus cosas. Simplemente estoy aquí para vigilarte.

-¿Y esas pruebas de las que me has hablado?

-¡Solo sé que no puedo dejar que te escapes!

-¿En mí estado, y en ésta maldita ciudad? ¿Por qué tanta molestia?

-¡Maldito seas! ¡No me seas modesto! Demasiado bien sabes, lo mucho que te entrené... Eres una puta máquina de matar...

-¿Y por eso te han enviado a ti?

- ¿Claro, quién mejor para frenarte los pies, que tú propio mentor?

Nos devolvimos una mirada mutua de odio. Odio de un pasado no muy lejano, cuando fuimos uña y carne. Pero el hambre había devorado su cerebro y se había pasado al lado oscuro. Ahora obedecía, bajo las ordenes de "los poderosos". Mark... mi mentor, él me lo había enseñado todo, todo lo que se puede enseñar, en el arte militar. Siendo yo un simple soldado raso, comencé a resaltar sobre los demás, teniente coronel Mark, se percató de mis cualidades y me tomó como su mano derecha, enseñándome cosas que pocos podrían haber hecho, haciendo que su cerebro y el mío, se conectaran y fuéramos una misma persona, coordinándonos perfectamente... Sin embargo, su alma noble, se corrompió, debido a las situaciones extremas de la post-guerra, que tuvo que soportar. Una vez el mal hecho, quiso corromperme a mí también, pero yo ya pensaba por mí solo...

-De modo, que el plan es retenerme aquí hasta que me necesiten y una vez me hayan usado, me tirarán a "los perros", esos, mutantes... El mejor final que podía esperar.

-¡Vamos, Kevin! Es un honor que sirvas aun para una buena causa.

Ah! ¿Ahora lo llaman así? ¡Estoy seguro que "la buena causa" es solo beneficiosa para "ellos" y no para ésta maldita sociedad!

-¡Vamos, no dramatices la situación! ¿O es que te hubiera gustado morir como tú amigo, en aquel escondrijo?

-¿John? Vaya, había olvidado que había muerto...

Ja! ¿Ahora tienes sentimientos? Desde lo de aquella puta no te había vuelto a ver esa cara...

-¡Hijo de Puta! ¡No te atrevas a volver a llamar así a Alicia!

-¿Sabes? ¡Me encanta buscarte las cosquillas! Nunca pude corregir el autocontrol que te falta, te dejas llevar por las emociones fácilmente, si no ahora mismo estarías a mi lado y no atado a esa silla.

-¡Prefiero pasar hambre, que estar como un perrito faldero!

Ja, ja! Echaba de menos tú sentido del humor, aquí todo el mundo es muy serio, o no tiene cojones de bromear, sin embargo tú...

-¡Yo no soy como vosotros, peones sin ideas propias, que se dejan manejar cual marioneta!

-Sí, capté esa idea el día que te escapaste de aquí... aun no comprendo cómo...

-Estaría bien ponerse al día, contándonos nuestras peripecias, de éstos años pasados de ausencia amistosa, sin embargo, lo único que me están entrando ganas de hacer, es de escupirte a la cara, da gracias a que ya no me queda ni saliva... ¿cómo pudiste hacernos aquello? ¡La gente confiaba en ti, yo confiaba en ti...! Toda esa gente muerta...

-¡Maldito seas! ¡Crees que no fue una decisión difícil, nos estábamos muriendo de hambre!

-¡Claro y preferiste hincharte la panza a cambio de delatarnos!

-No sabía que iban a matarlos a todos, me dieron su palabra de que solo los esclavizarían...

-¿Y les creíste? ¿Después de ver todo lo que vimos en aquel sitio? ¡Cómo trataban a los esclavos, como jugaban con ellos como si fueran animales! ¡Dios, en aquel sitio los estaban abriendo en canal como a los cerdos, los estaban quemando vivos! ¡Qué pensaste que iba a pasar!

Cállate! ¡Al fin y al cabo, les hice un favor, muertos ya no sufrirán más.

-¡Me das asco!

-¡Y tú debiste unirte aquel día a nosotros! Nunca pensé que te negarías.

-No sé cuando tú cordura abandonó tu cabeza, si me hubieras hablado de lo que corría por tu cerebro tal vez hubiera podido retener tú locura.

-¡En fin, todo eso ya es pasado! ¡Tú no eres nadie! Y cuando terminen contigo yo mismo te quitaré del medio.

-¡Qué honor! -dije irónico.

-Sigue riéndote, y que se te olvide toda posibilidad de volverte ha escapar. Ésta vez estoy preparado.

-Eso solo lo complica un pelín más. Pero no lo hace imposible.

Ja,ja! Te aseguro que ésta vez no querrás irte, y además obedecerás como "un perrito faldero", como comentaste.

-¿Ah, sí? Y qué vais a hacer, ¿lavarme el cerebro?

-¡No! Matar a tú puta...

La mirada de Mark se dirigió hacia un lado de la sala, yo hice lo mismo pero incluyendo un giro de cabeza.

No pude disimular mi impotencia, detrás de nosotros, en un lado, se encontraba Alicia con una pistola en la cabeza...


CONTINUARÁ...

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